viernes, 22 de julio de 2022

Primera tópica o estructura de la mente según Freud

 Primera tópica (Estructura de la mente: inconsciente, preconsciente, consciente)

 
El Inconsciente “El psicoanálisis se vio obligado a tomarse en serio el concepto de inconsciente”.
Todo esto que la ciencia “exacta” jamás había tomado en serio, es objeto ahora de brillantes análisis con los que demuestra la acción permanente de aquellos contenidos que la represión eliminó de la conciencia, ocultándose en la inconsciente, pero sin lograr reducirlos a la inactividad.





Los Sueños.  La antigüedad clásica consideraba que los sueños eran una profecía  y la ciencia de la época de Freud los tomaba como supersticiones. En cambio, Freud quiso llevarlos al interior de la ciencia. Cada sueño habría de ser analizado y sometido a asociación libre a cada uno de sus elementos.
En La interpretación de los sueños (1899) señala Freud que cada sueño tiene:
-        Contenido manifiesto (aquello que se recuerda y se relata al despertar). Es una máscara, una fachada.
-        Contenido latente (aquel sentido del sueño que el individuo no sabe reconocer: “esto no tiene ni pies ni cabeza”). Contiene el verdadero significado del sueño.
El psicoanálisis  es un interpretador de sueños porque tiene que volver a recorrer el camino hacia el contenido latente del sueño “siempre lleno de significado”, a partir del contenido manifiesto “que a menudo es del todo insensato”. En las raíces ocultas de los sueños hallamos impulsos reprimidos que el sueño trata de satisfacer, debido a la menor vigilancia que ejerce el “yo” consciente durante el sueño: “el sueño constituye la realización de un deseo que la conciencia considera censurable o vergonzoso. Sin embargo, no debe creerse que la acción represora del “yo” cese completamente durante el sueño, una parte de ella permanece activa, en cuanto censura onírica, y prohíbe al deseo inconsciente que se manifieste en la forma que le es propia, por eso los contenidos oníricos latentes están modificados o atenuados, lo que hace irreconocible el significado prohibido del sueño.
En conclusión, el sueño es la realización (enmascaramiento) de un deseo (reprimido) y la interpretación de los sueños es el camino privilegiado para conocer lo inconsciente. Para convertirse uno en psicoanalista, puede empezar por estudiar los propios sueños (en palabras del propio Freud).

 Teoría de la represión

Aquello que ocurre en la historia de un individuo -haya sido éste consciente de ello o no habiéndolo sospechado jamás – nunca desaparece. En la historia de nuestro planeta, las capas terrestres anteriores se van hundiendo pero no desaparecen, y los sucesivos estratos de una ciudad multisecular continúan existiendo, aunque no sean visibles. Del mismo modo, la psique también se halla estratificada. El recuerdo, la equivocación, el olvido, los sueños y las neurosis hallan su explicación causal debido a pulsiones rechazadas y a los deseos reprimidos en lo inconsciente, pero no eliminados. voyg
¿Por qué se rechazan determinadas pulsiones? ¿Por qué determinados deseos y recuerdos están a disposición de la conciencia, mientras que otros están fuera de ella y reprimidos en lo inconsciente?
La razón: Se trata de deseos y pulsiones en abierto contraste con los valores y las exigencias éticas que el individuo consciente proclama y considera como válidos. Cuando se da una incompatibilidad entre el “yo” consciente (sus valores, sus ideales …) y determinadas pulsiones y deseos, entonces entra en acción una especie de represión que arranca a la conciencia estas cosas “vergonzosas” e “inconfesables” y las hunde en lo inconsciente, donde una censura permanente se esfuerza porque no vuelvan a aflorar en la vida consciente.
Represión y censura entran en acción porque deben actuar sobre recuerdos y deseos de naturaleza primordial y ampliamente sexual y por lo tanto sobre cosas “vergonzosas”, que no hay que decir, sino eliminar.

La libido

Freud reconduce la vida humana a una libido originaria. La libido designa la fuerza a través de la cual se manifiesta el instinto sexual. Los deseos procedentes del hambre y la sed no son pecaminosos y no están reprimidos, mientras que las pulsiones sexuales sí se reprimen para reaparecer más tarde en los sueños y en las neurosis. “El primer descubrimiento al que nos lleva al psicoanálisis es que de forma habitual, los síntomas patológicos están ligados con la vida amorosa del enfermo; este descubrimiento (...)  nos obliga a considerar que las perturbaciones de la vida sexual son una de las causas más importantes de la enfermedad”. La sexualidad reprimida explota mediante una enfermedad o retorna a través de diversos sueños. Precisamente al analizar estos sueños, Freud  descubre la sexualidad infantil. Los sueños de los adultos remiten con frecuencia a deseos insatisfechos de la vida sexual infantil.
El niño no carece de instintos y tampoco carece de pulsiones eróticas. La función sexual existe desde el comienzo. En primer lugar, la sexualidad infantil es algo independiente de la función reproductora. Sirve para brindar numerosas clases de sensaciones placenteras. La principal fuente de placer sexual infantil consiste en la excitación de determinadas zonas del cuerpo especialmente sensibles, además de los órganos sexuales: la boca, el ano, la uretra, así como la epidermis y otras zonas sensibles. La sexualidad infantil es autoerotismo que se manifiesta como una conquista del placer que encuentra su objeto en las zonas erógenas del cuerpo.
Grados de organización de los instintos sexuales. Fases o períodos:
-        Fase oral: UN primer grado de organización de los instintos sexuales aparece bajo el predominio de los componentes orales.  La succión de los recién nacidos constituye un ejemplo de satisfacción autoerótica. Ésta es la fase oral y abarca el primer año de vida.
-        Fase anal: dominada del placer de poder satisfacer el estímulo de las evacuaciones y abarca el segundo y tercer año de vida.
-        Fase fálica: entre los 4 y 5 años aparece la primacía de los genitales. El niño busca placer tocándose dichos órganos, descubre el pene y tal descubrimiento va acompañado por el temor a perderlo “complejo de castración” y las niñas experimentan lo que Freud califica envidia de pene. Tales complejos pueden volverse a presentar en la edad adulta y convertirse en causa de neurosis. En esta fase el niño concentra en la persona de la madre los deseos sexuales y concibe impulsos hostiles contra su padre al que considera como un rival. La niña asume una actitud semejante. Los sentimientos que se forman durante estas relaciones no solo poseen un carácter positivo sino que también resultan negativos. Se forma un complejo que está condenado sin ninguna duda a una rápida represión. El complejo de Edipo. En la tragedia griega, Edipo, hijo del Rey de Tebas, mata a su padre coma y toma como esposa a su propia madre.
-        Fase o periodo de latencia: Al estadio fálico le sigue un período de latencia durante el cual surgen las formaciones reactivas de la moral como el pudor y el asco. Este período de latencia dura hasta la pubertad.
-        Fase genital: En la pubertad entran en funcionamiento las glándulas sexuales, y la atracción hacia el otro sexo lleva a la unión sexual. Nos encontramos así en el período genital en sentido estricto. Freud libera la sexualidad de vínculos demasiado estrechos con los órganos genitales, y la define como una función somática más amplia que tiende antes que nada hacia el placer, y que solo de manera secundaria se pone al servicio de la reproducción. En segundo lugar, se incluyen también entre los instintos sexuales aquellos impulsos meramente afectuosos, amigables, para los cuales empleamos la palabra AMOR. Y seguido este ensanchamiento de la noción de sexualidad permite tomar en consideración aquellas actividades sexuales no genitales. Tales actividades no genitales son perversas ya que no se hallan destinadas a la generación. Esto explica el significado que no es de carácter moral de la expresión de Freud según la cual el niño es un “perverso polimorfo”.
 
El desarrollo de las técnicas terapéuticas: las teorías de la resistencia y de la represión en lo inconsciente, del significado de la vida sexual y la importancia de las experiencias infantiles son los elementos principales del edificio teórico del psicoanálisis.
Freud se vio obligado a descartar las técnicas de hipnosis.  la técnica que le resultó más eficaz a Freud fue la de la libre asociación de ideas: el analista hace que el sujeto se tienda sobre un diván, en un ambiente donde no haya demasiada luz intensa y en una situación distendida. El analista le invita a manifestar todo aquello que se le presenta ante el pensamiento una vez que haya renunciado a guiar voluntariamente dicho pensamiento. Esta técnica no provoca coacciones en el enfermo y es un camino eficaz para llegar a descubrir la resistencia: el hallazgo de la resistencia es el primer paso hacia la superación. El analista no coacciona al paciente, lo guía, le invita a dejar libre a las ideas que le vienen a la mente. A veces sugiere una palabra, tratando de comprobar qué otras ideas y sentimientos suscita en el paciente. El analista registra y escribe todo. El analista trabaja sobre las asociaciones libres del paciente. Sin embargo, en la práctica analítica la interpretación de los sueños desempeña una función primaria ya que éstos se hallan profundamente conectados con los deseos reprimidos en el inconsciente. Estos deseos casi siempre son de naturaleza sexual. El psicoanálisis también se aprovecha del significado de los sueños.
Además de la asociación libre de ideas y de los sueños, el analista es un intérprete de los actos fallidos como los lapsus, los olvidos, los retrasos, las ensoñaciones en estado de vigilia o las asociaciones inmediatas. El analista se propone devolver al paciente su inconsciente, poniendo de manifiesto las obstrucciones que han provocado la enfermedad y que causan en el sujeto un estado de sufrimiento que a veces llega a ser insoportable. Solo se podrán desatar los lazos de la enfermedad si se descubren las causas de esta solo si sabe qué ha sucedido se podrá liberar del sufrimiento. Por tal razón. donde estaba el ello debe aparecer el yo el camino de la curación consiste en la transformación de lo inconsciente en consciente.
La teoría de la transferencia
Freud no tardó en darse cuenta de que en todo tratamiento analítico se establece una intensa relación sentimental del paciente con la persona analista. Dicho fenómeno fue llamado transferencia. Sin embargo, también puede manifestarse mediante una hostilidad tal que se configura como principal instrumento de la resistencia y pone en peligro el resultado mismo del tratamiento. En cualquier caso, sin transferencia se vuelve imposible todo análisis. La transferencia es un fenómeno humano de carácter general. El analista lo advierte y lo aísla. A través de esta labor, la transferencia se convierte en el mejor instrumento de la cura analítica, después de haber sido el arma más importante de la resistencia: su utilización y su aprovechamiento constituyen en cualquier caso la parte más difícil importante de la técnica analítica.
Recapitulación 1º Tópica (Interpretación de los sueños 1899). Estructura de la mente:
- Consciente: Zona de la mente en la que nos percatamos de las cosas que provienen del mundo físico, de nuestro cuerpo o mente.
- Subconsciente: Lo que está debajo del consciente
                - Preconsciente: “aunque Región” de la mente que se sitúa entre el consciente y el inconsciente. En esta región se hallan datos (recuerdos) de los que no nos percatamos cotidianamente (a no ser que hagamos esfuerzo memorístico) Ej : Cuando conocemos a la persona que amamos. Dato que no conocemos de continuo pero que podemos recordar porque nada se borra de la mente aunque no lo hagamos consciente hasta pretenderlo.
                - Inconsciente: Uno  de los mayores descubrimientos de Freud. Zona más dinámica de la psique humana, en donde se sitúa todo lo ancestral, todo lo instintivo, todo lo reprimido. Características: ilógico, caótico, atemporal (sucedió hace 20 años y parece hoy), no abstracto, si concreto porque no sabe de conceptos genéricos sino de hechos o percepciones concretos aunque simbolizadas generalmente, muy primitivo, mágico, supersticioso, irracional, para él todo es posible, es escondite de los impulsos más instintivos (Thanatos). Interviene en nuestra vida de forma decisiva. A veces, casi siempre sin darnos cuenta.


 

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