Mi hijo Hugo ha visitado esta semana el Aula del Fuego de León y allí le hicieron entrega de 3 semillas de cerezo. Se ve que salió muy concienciado y decidió investigar la mejor forma para germinar las semillas del cerezo. Por lo visto, una era inviable y la desechó. Ésta que encontrarais a continuación es su propuesta, paso por paso.
1º: Extraemos la semilla interior de la pepita de
la cereza (utilizar unos alicates o una pequeña cizalla con cuidado de no
romper la semilla interior).
2º: Llenamos un pequeño vaso con agua e
introducimos las semillas ya ‘peladas’ y dejamos el vaso a temperatura ambiente
durante entre 9 y 24 horas o hasta que estén hinchadas (hidratadas) por el
efecto del agua. Si las semillas flotan después de este proceso, son
inservibles y se deben desechar.
3º: Una vez seleccionadas e hidratadas las
semillas, preparamos un trozo de papel de aluminio con forma de cuadrado y uno
de papel absorbente un poco más pequeño. Después cogemos el papel absorbente y
lo sumergimos en agua, le quitamos el exceso de agua hasta que no gotee, pero
tampoco que esté seco (buscamos un punto medio en el que esté un poco húmedo) y
lo extendemos desdoblándolo.
4º: Extendemos el papel de aluminio en una
superficie plana y encima ponemos el papel absorbente, ya húmedo y un poco
doblado para que las semillas tengan una capa ligeramente gruesa por debajo y
por encima. Ponemos las semillas un poco extendidas y separadas unas de otras
en una mitad del papel absorbente y lo doblamos, dejando cubiertas las
semillas, luego centramos el paquete húmedo sobre el papel de aluminio y
doblamos el papel de aluminio dejando bien cerrado todo.
5º: Este envoltorio de semillas debemos llevarlo al
frigorífico y mantenerlo allí 5 meses con una temperatura de entre 5 y 10
grados. De esta manera germinarán y estarán listas para ser trasplantadas a una
maceta con tierra abundante.
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