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El otro Charles
Amable, cercano,
familiar y con un gran sentido del humor.
Los cuadernos de Darwin no sólo revelan datos sobre sus teorías e
investigaciones, también contienen detalles sobre una personalidad y una vida
llena de contradicciones y sobresaltos que nos descubren al otro Charles.
por MARÍA JESÚS
HERNÁNDEZ El Mundo
Sin pena ni gloria
Lugar:Conferencia en la sociedad
Linneana de Londres. Tema: Teoría sobre el origen de las especies.
Expositores: Charles Lyell y Joseph Hooker -dos amigos del 'padre' de la
evolución-. Respuesta: frialdad y silencio absoluto. La primera vez que la
teoría de Darwin vio la luz de forma 'oficial' pasó sin pena ni gloria. Era el 1
de Julio de 1858 y, después de 20 años 'en nevera', se acercaba el momento
de que el libro del científico abriera la herida. Según el experto John Van
Wyhe, estudioso de los cuadernos de Darwin, este retraso no fue cuestión de
miedo, ni por los problemas que este trabajo le provocaba con su creyente
esposa Emma. Simplemente «estaba ocupado».
Oculto del 'ojo
público'
Durante toda la gestación de su Teoría
de la Evolución, e incluso después de su publicación, Charles Darwin se mantuvo
encerrado en su casa, rodeado de apuntes y teorías… El científico,
enemigo de la controversia y la polémica, era consciente del revuelo que iba a
provocar su «crimen», como él mismo definió 'El origen de las especies'.
Mientras veía cómo le caricaturizaban en distintas publicaciones británicas con
cuerpo de simio, continuó con sus investigaciones intentando, a su manera, no
avivar más el fuego, mientras su teoría cobraba fuerza y adeptos.
De médico a clérigo y
de clérigo... a 'revolucionario'
¿Alguien capaz de formular la Teoría de
la Evolución no debería haber sido un estudiante de matrícula? Nada más lejos
de la realidad. Charles Darwin se aburría en sus clases de medicina,
sobre todo en las de cirugía -incluso algunos seguidores del científico apuntan
a que en esta etapa tenía fama de juerguista y disoluto-. La teología fue
su siguiente paso y también su siguiente 'fracaso'. Sus aficiones, clases
extras y amigos se centraron en el mundo de la geología y la botánica durante
sus años de estudiante. Ambas especialidades (medicina y teología) le fueron
'recomendadas' por su padre. Pero el joven Charles decidió seguir los pasos de
su abuelo Erasmus, quien publicó un libro titulado 'La Zoonomía'.
La 'ciencia' del matrimonio y la familia
Darwin era un hombre tan metódico que
hasta el matrimonio se convirtió para él en una cuestión 'científica'.
Cuando a los 29 años se planteó la posibilidad de pedirle a su prima Emma que
se casara con él, elaboró una exhaustiva lista de 'pros' y 'contras' antes
de tomar la decisión definitiva. Le preocupaba que compartir su vida con una
mujer e hijos pudiera obstaculizar el desarrollo de su gran proyecto
intelectual. Por eso, en su lista de 'contras' anotó frases como «vida social
frívola», «menos tiempo para conversar con hombres inteligentes» y «menos
dinero para libros». Al final la balanza se desequilibró a favor de la opción
que definió como «una buena mujer en el sofá», con los siguientes
argumentos: «Niños (si Dios quiere) — compañía constante (y amiga en la vejez)
que mostrará interés en mí — objeto para amar y jugar (mejor que un perro,
desde luego) — Estas cosas son buenas para la salud, aunque supongan una
terrible pérdida de tiempo». Como lo analizaba todo con ojos de científico,
escribiría años después de uno de sus hijos: «Durante la primera semana
bostezaba y se estiraba como un anciano».
El Beagle
Tras el 'fracaso' en sus estudios,
Darwin se planteó dar un giro a su vida y realizar un viaje a Tenerife y
sumergirse en su naturaleza. Pero en este proyecto se cruzó el Beagle.
El lugar donde se gestó 'El origen de las especies', donde escribió su diario
personal y donde se descubre como un hombre amable y muy familiar. El lugar
donde… se mareaba. El 'padre de la evolución' se sentía con frecuencia
indispuesto en el barco.
Darwin y las orquídeas
Mientras su Teoría de la Evolución
continuaba despertando todo tipo de críticas, Darwin se centraba en la
orquídea para estudiar las adaptaciones evolutivas y la variedad de formas.
No se sabe el porqué de esta elección, lo que sí se sabe es que esta flor era
utilizada por los creacionistas como ejemplo de belleza de la mano de Dios.
Muchas de sus anotaciones e investigaciones iban acompañadas de dibujos, pero
su habilidad para este arte no era la misma que como pensador y teorizador. Consciente
de ello, encargó a su amigo John Gould la importante tarea de ilustrar sus
teorías, todo tipo de animales, plantas y flores fueron plasmados por su
pincel.
Su relación con España
Según el experto John Van Wyhe, Charles
Darwin sabía español o al menos tenía conocimientos básicos: «En otro
caso, era imposible que conociera tantos detalles de especies locales de
Latinoamérica, que le transmitían los guías y las gentes de los lugares». En
España su teoría tuvo una gran acogida. Un año después de que 'El origen de las
especies' saliera a la venta en Sevilla, el profesor de Universidad
Antonio Machado y Núñez, abuelo de los poetas, ya hacía referencia a ella en
sus clases. No obstante, sólo cinco de sus obras han sido traducidas y editadas
en nuestro país.
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