Empieza por la letra...
- N: Nada:
- A: Amor: Resortes del corazón
"Tenemos unos resortes secretos en el corazón que, movidos por algún objeto, presente o ausente, que se muestra ante nuestra imaginación, impulsan nuestra alma con tanta fuerza hacia ese objeto que su ausencia se vuelve insoportable".
"Robinson Crusoe", Daniel Defoe
- M: Muerte: estar en secreto
"Morir es retirarse, hacerse a un lado, ocultarse un momento, estarse quieto, pasar el aire de una orilla a nada y estar en todas partes en secreto".
Jaime Sabines
- S: Soledad:
"La soledad le había seleccionado los recuerdos, y había incinerado los entorpecedores montones de basura nostálgica que la vida había acumulado en su corazón, y había purificado, magnificado y eternizado los otros, los más amargos".
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad
"Tampoco jugaré a ser una persona feliz, porque lo soy a ratos perdidos. Pero a veces, caminando por la calle, siento una racha de felicidad, y trato de no indagar la razón; porque si lo hago, comprobaré con harta felicidad que me sobran motivos de desventura. Mejor es aceptar con humildad, esos dones secretos".
Jorge Luis Borges, Entrevista en 1968
- L: Libertad
"Me pregunto si la identidad personal consiste precisamente en la posesión de ciertos recuerdos que nunca se olvidan".
Ficciones, Jorge L. Borges
"La experiencia me ha demostrado que lo que a mí me parece claro y evidente casi nunca lo es para el resto de mis semejantes. Estoy tan quemado que ahora vacilo mil veces antes de ponerme a justificar o explicar una actitud mía y, casi siempre, termino por encerrarme en mí mismo y no abrir la boca".
“El Túnel”, Ernesto Sabato
- Ll: Lluvia:
"De esa tarde recuerdo, como la lluvia mojaba los colores".
Juan Carlos Onetti
- P: Pena
Umbrío por la pena, casi bruno...,
Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.
Sobre la pena duermo solo y uno,
pena en mi paz y pena en mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!
Miguel Hernández
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